Distancia: 15 km (ida y vuelta)
Dificultad: baja
Duración: 2 horas y 10 minutos (ida)
Señalización: buena
Circular: no
La ruta parte del embarcadero de Somo. Después atravesamos la Playa del Puntal, donde podemos observar a varias personas practicando
surf y en el horizonte divisamos la Isla de Santa Marina, que es la más grande del litoral cantábrico y a la izquierda localizamos la ciudad de Santander.
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Embarcadero de Somo |
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Playa de Somo con la isla de Santa Marina al fondo |
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Nos metemos en una pasarela de madera, cerca de un puesto de socorrista. Bajamos a la Playa de Bao y bordeamos la desembocadura del Arroyo de Castanedo, subimos por las dunas hacia un sendero con abundante vegetación, para descender a la Playa de los Tranquilos, que es una cala rocosa muy agradable.
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Pasarela de madera entre las dunas |
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Arroyo de Castanedo |
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Sendero entre helechos y pinos |
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Playa de los Tranquilos |
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Subimos al aparcamiento de la Playa de los Tranquilos donde hay un banco situado frente al mar donde hacer un descanso y contemplar las vistas. Por el sendero que bordea los acantilados, vemos un paisaje impresionante con las olas golpeando las rocas y una gran variedad de tonalidades que contrastan con el verde de la pradera. En este punto nos encontramos con peregrinos, que se dirigen hacia Somo, ya que este tramo, tan espectacular de nuestra ruta, es parte del Camino de Santiago del Norte.
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Banco frente al mar |
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La fuerza de las olas contra el acantilado |
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Otra vista de los acantilados |
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Verde y azul |
Tras pasar los acantilados, llegamos a las playas de Langre, una pequeña y otra grande, otro lugar idóneo para practicar
surf. Y aquí acaba nuestra ruta, la cual recomendamos por sus fascinantes vistas.
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Playas de Langre, pequeña y grande |